El mariscal Mark Sánchez, que se perdió el partido más reciente de los Jets debido a una lesión de la rodilla derecha, regresó hoy al campo de juego y se dividió las jugadas con Kellen Clemens durante el entrenamiento en una tarde gélida en Florham Park, N. J. Usó rodilleras en ambas piernas, lo que fomentó un sinnúmero de bromas y burlas de parte de sus compañeros de equipo.
"Me siento como Forrest Gump", dijo Sánchez, una referencia al protagonista de la novela y el filme del mismo nombre.
Después de perderse un partido por primera vez en su joven carrera profesional, Sánchez se mostró ansioso de retomar las riendas del club y comenzar las preparaciones para el choque del domingo en los Meadowlands contra los Atlanta Falcons.
"Si tengo que jugar en patines de ruedas, me pondré patines de ruedas", dijo Sánchez, apenas el segundo mariscal en la historia del club en sumar más de 2,000 yardas por aire en su temporada de novato.
Aunque era un día más apto para el patinaje sobre hielo, Sánchez, quien se crio en el Sur de California, decidió entrenar con mangas cortas. Declaró que el clima serviría para hacer su sangre más espesa y le gustó que los pronósticos del tiempo anticiparan más temperaturas heladas para el domingo.
Han pasado casi dos semanas desde que Sánchez, de 23 años, sufrió la lesión del ligamento cruzado posterior. En pocas palabras, el novato se siente bien y tiene ganas de jugar. Confesó que se sintió solo la semana pasada cuando el equipo viajó a Tampa. Por un lado, se alegró de que Clemens y los Jets vencieran a los Bucs, pero por otro no sabía cómo suprimir su espíritu competitivo.
"Cuando te sacan fuera de rutina, casi no sabes qué hacer", afirmó Sánchez. "Los preparadores físicos te dicen, pero no es lo mismo. No hay ejercicio o terapia que sea tan divertido como jugar, entrenar o estar en el vestuario. "Cuando tengo que realizar todos esos tratamientos y voy al vestuario, no hay nadie porque he estado aquí toda la noche. Me doy una ducha, me cambio de ropa y pienso: "Hombre, estoy solo". Es terrible. Quiero estar con los muchachos. Estar entrenando. Estar jugando. Me alegra mucho estar de vuelta y espero que todo vaya bien para este fin de semana".
Los Jets verán cómo Sánchez se siente físicamente el jueves, un día después de su primer entrenamiento en más de dos semanas. Hasta ensayó cómo huirle a la presión defensiva, aunque seguramente desea también escaparse de las garras del cuerpo médico.
"Me muero por jugar, y si significa que tengo que usar dos rodilleras, entonces me pondré dos rodilleras", dijo Sánchez. "Haré lo que sea. Realmente quiero estar en el campo de juego y creo que los muchachos comprenden eso. Fue bueno que me vieran hoy".
Sánchez vio por televisión la primera mitad de la victoria de los Jets por 26-3 desde la sala de los preparadores físicos en el centro de entrenamientos Atlantic Health. Luego volvió a su casa para ver la segunda mitad. Siguió la acción con un plan de juego en las manos e intentó anticipar las jugadas y los esquemas defensivos.
Sánchez insiste en que se lesionó por un capricho del destino, consecuencia de una caída dura sobre el césped firme del centro Rogers de Toronto. Dice que no le preocupa perder velocidad o agilidad debido a las rodilleras.
"No soy un velocista", dijo Sánchez. "No son muchos los jugadores de quienes me puedo escapar. Lo más importante será volver al campo de entrenamientos y comenzar a trabajar. Segundo, recuperar la amplitud de movimiento. También va a ser importante jugar con inteligencia, deslizarme cuando sea necesario y arrancar en una fuga cuando sea necesario. Me sentí cómodo haciéndolo todo hoy".